Presentado exitosamente en Estados Unidos, India y Finlandia, el videojuego llamado Mogand, es adquirible por Convenio Marco y fondos SEP.

Prevenir o detener la violencia y facilitar la resolución de conflictos parecieran tareas muy complejas de abordar en los establecimientos escolares chilenos, cuyos equipos cuentan con una gran carga administrativa, climas laborales en tensión, permanentes exigencias por parte de estudiantes y apoderados, sumado a las demandas de distintos actores sociales hacia los profesores que se vuelven más sofisticadas, con expectativas que pueden trascender su rol.

Difícil sería pensar, en ese contexto, que llevando a los estudiantes a la sala de tecnología para jugar en un computador, la convivencia escolar, el clima organizacional y los resultados en el proceso de aprendizaje podrían mejorar.

Sin embargo, así sucede. Mogand, es un videojuego que desarrolla habilidades sociales de inteligencia emocional y ética para que los niños puedan aprender a resolver conflictos de alta complejidad.

Su personaje principal “Kuti An” lleva a los estudiantes por un viaje en el cual tienen que ir resolviendo dilemas éticos, sociales y emocionales, enfrentando situaciones de mucha adversidad.

A través de este videojuego, basado en la libertad de elegir, los estudiantes comienzan a desarrollar su inteligencia emocional, ayudando en el proceso de toma de decisiones personales, desplegando habilidades necesarias para tener éxito en diversos ambientes y mejorando las herramientas que tienen para resolver situaciones de conflictos, estrés y adversidad.

“Las herramientas que entrega la metodología Mogand son de alto valor profesional y humano, lo que ha contribuido a mejorar el clima en el aula y entre nosotros como profesores y trabajadores en general” señala Juan Pablo, Docente de Colegio en La Granja, establecimiento que ha vivido una profunda transformación en su ambiente organizacional desde que han comenzado a usar el videojuego.

«No queríamos que la violencia escolar se tratara solo a través de talleres o charlas, que tocan un contexto más general y no uno tan particular. Con esta herramienta hay una conexión más directa», afirma María Angélica, Directora de Colegio de la Comuna de Santiago Centro.

El videojuego cuenta con una “temática muy clara y atingente a la realidad, construcción de aprendizajes a través del diálogo, la asertividad de interpretar bien a nuestra comunidad y hacernos reflexionar sobre nuestras prácticas pedagógicas” señala Ismael, Docente de Pichilemu.

El videojuego se complementa con otras herramientas como una aplicación, que puede utilizar el profesor del colegio para guiar las sesiones, donde va recibiendo las respuestas de los alumnos en tiempo real y un chatbot con inteligencia emocional que canaliza las reflexiones respecto al juego.

Mejores resultados académicos

“La violencia en los colegios y familia es un problema transversal en Chile. Esto afecta directamente en el rendimiento académico. Según estudios de la CEPAL y de UNICEF los estudiantes están intervenidos por factores socioemocionales para poder aprender”, señala Erika Castro, directora de la Fundación Conexiones Inclusivas, autora de Mogand.

En ese sentido y en ese contexto lo que hace Mogand es apoyar a los docentes para que mejoren sus argumentos y para que en estos ambientes de aprendizaje activen la capacidad reflexiva en los alumnos. De esta manera, cuando se cambian los contextos de agresividad es posible mejorar y facilitar los aprendizajes y mejoran los resultados.

Tecnología, el mejor lenguaje

Los videojuegos han ido cobrando gran importancia entre los niños y los estudiantes. De acuerdo con el programa Explora de Conicyt, 77% de los chilenos de entre los 6 y 14 años juegan videojuegos, situando al país como el segundo de mayor consumo infantil en Latinoamérica.

“Es necesario dar herramientas nuevas para regular la conducta de los estudiantes y desarrollar sus aprendizajes y esto tiene que ser desde la innovación, desde el lenguaje de los niños, desde como ellos ven el mundo. Una excelente herramienta para desarrollar habilidades socioemocionales es la tecnología, que los niños tienen incorporada como parte de sus vidas”, concluye Erika Castro.

Fuente: Eduglobal